viernes, 16 de enero de 2015

Conociendo a los adolescentes



Origen de su conducta
Durante miles de años la especie humana los “machos” se han caracterizado por ser agresivos, independientes y aventureros, mientras que las “hembras” por ser sociables y “maternales”. Sin embargo, las condiciones culturales y sociales han ido cambiando rápidamente en los últimos cientos de años, lo que dificulta la expresión de estos rasgos, causando por lo tanto un alto grado de estrés durante la adolescencia que se traduce en mucha de la patología típica de este período de la vida.
En resumen, podríamos simplificar diciendo que muchos de los problemas de los adolescentes son consecuencia de comportamientos favorecidos genéticamente, pero que ya no son necesarios o deseables en el momento actual de nuestra existencia.
Podríamos intentar descubrir que es lo que les gusta hacer a los adolescentes que sea coherente con su código genético y con los requerimientos de la sociedad actual, favoreciendo las oportunidades de éstos y reduciendo aquéllas que tan sólo satisfacen uno o ninguno de los dos.


Aspectos de su conducta

Los adolescentes valoran aquellas actividades que les suponen un reto creciente y hacen que se desarrollen sus habilidades. Disfrutan cuando participan en deportes, aficiones, arte, música, etc. y con sus amigos. Esto hace que se aumenten sus habilidades y conocimientos y se sientan a gusto consigo mismos.
Si no tienen estas oportunidades los adolescentes frecuentemente se buscan otras alternativas que les suponga un desafío. Si estas situaciones no existen, las inventan. Como estas oportunidades creadas por los propios  adolescentes por definición están fuera de la norma social, obligatoriamente los adultos las verán como anormales. Estos comportamientos se deben a la necesidad de librarse de un entorno aburrido y sin retos.
Existen varias áreas en las que los adolescentes pueden tener dificultades para expresar todo su potencial en nuestra sociedad que podríamos llamar los “obstáculos al disfrute de la adolescencia”, que podemos resumir en:
·         Restricción de movimiento y libertad.
·         Falta de responsabilidad.
·         Problemas de sexualidad e intimidad.
·         Aislamiento de los modelos adultos.
·         Falta de poder y control.
Veamos algunas características propias de un adolescente por etapas:

Adolescencia temprana (11-13 años):

La característica fundamental de esta fase es el rápido crecimiento somático, con la aparición de los caracteres sexuales  secundarios. Estos cambios hacen que se pierda la imagen corporal previa, creando una gran preocupación y curiosidad por los cambios físicos. El grupo de amigos, normalmente del mismo sexo, sirve para contrarrestar la inestabilidad producida por estos cambios, en él se compara la propia normalidad con la de los demás y la aceptación por sus compañeros de la misma edad y sexo. Aparecen los ídolos musicales y los chicos comienzan a identificarse con cierto tipo de música. Es muy común verlos constantemente con los auriculares o escuchando a todo volumen música en su cuarto o con amigos. Las chicas quieren maquillarse, hacerse tatuajes, mechitas en el pelo, cuidan su figura, se encierran en su cuarto a escuchar música, escriben en sus diarios íntimos y, a la vez duermen con sus osos de peluche.

Los cambios físicos en los chicos vienen de la mano de cambios psicológicos relacionados con la necesidad de asimilar un nuevo cuerpo, distinto al anterior, y despedirse del niño que eran. Surgen las preguntas, la curiosidad sobre las relaciones sexuales, las charlas entre amigos sobre lo que sabe cada uno del tema, etc.

No todos los chicos se desarrollan al mismo tiempo, esto puede generarles angustia a los varones a partir de las comparaciones con los otros, miedos en relación a cuándo se van a desarrollar o ganas de que esto se produzca si el desarrollo se demora y ven que sus compañeros ya empiezan a tener cambios. Por otro, surge en ellos el interés por su desarrollo genital, por los órganos sexuales. También aparece la polución y la eyaculación en los varones y las secreciones vaginales en la mujer, como algo nuevo para asimilar y entender.


Adolescencia media (14-17 años):


Tienen una sensación de omnipotencia e invulnerabilidad; esta sensación facilita los comportamientos de riesgo que conllevan a la morbimortalidad (alcohol, tabaco, drogas, embarazo, etc.) de este período de la vida y que puede determinar parte de las patologías posteriores en la época adulta.
La lucha por la emancipación y el adquirir el control de su vida está en plena efervescencia y el grupo adquiere una gran importancia, sirve para afirmar su autoimagen y definir el código de conducta para lograr la emancipación. Es el grupo el que dicta la forma de vestir, de hablar y de comportarse, siendo las opiniones de los amigos mucho más importantes que las que puedan emitir los padres; estas últimas siguen siendo muy necesarias, aunque sólo sea para discutirlas, sirven de referencia y dan estabilidad, los padres permanecen, el grupo cambia o desaparece.
Las relaciones con el otro sexo son más plurales pero fundamentalmente por el afán narcisista de comprobar la propia capacidad de atraer al otro, aunque las fantasías románticas están en pleno auge.


Adolescencia tardía (17-21 años):  


El crecimiento ha terminado y ya son físicamente maduros. El pensamiento abstracto está plenamente establecido aunque necesariamente no todo el mundo lo consigue. Están orientados al futuro y son capaces de percibir y actuar según las implicaciones futuras de sus actos. Es una fase estable que puede estar alterada por la "crisis de los 21", cuando teóricamente empiezan a enfrentarse a las exigencias reales del mundo adulto.
Las relaciones familiares son de adulto a adulto y el grupo pierde importancia para ganar las relaciones individuales de amistad. Las relaciones son estables y capaces de reciprocidad y cariño y se empieza a planificar una vida en común, familia, matrimonio y proyectos de futuro.




Finalmente


Sería muy deseable que los responsables políticos fueran capaces de adelantarse a las necesidades de los adolescentes y tenerlas en cuenta a la hora de decidir los planes educativos, legislación laboral e incluso la planificación urbanística, entre otras cuestiones que afectan a la calidad de vida. Pero, mientras esperamos a estas soluciones utópicas, los padres pueden hacer bastante para ayudar. Simplemente aumentar el tiempo que los padres pasan con sus hijos adolescentes ayudaría.

Es importante tener en cuenta que ninguna definición será lo suficientemente buena como para describir adecuadamente a cada adolescente, no son un grupo homogéneo y tienen una gran variabilidad en su maduración. Además, los distintos aspectos biológicos, intelectuales, emocionales o sociales pueden no llevar el mismo ritmo madurativo y pueden ocurrir retrocesos, sobre todo en momentos de estrés.